El blog de Jorge Valle






























Peutérey al Mont Blanc (por los colegas)
En el verano del 2024 trabajé demasiado guiando en Chamonix. Llegué a finales de mayo encontrando muy buenas condiciones en general para hacer alpinismo. Pude aclimatar y escalar buenas rutas con clientes y con amigos. La clave de escalar en Alpes es estar aclimatado y luego en forma. Y esto con mi trabajo de guía estaba garantizado este verano. A mediados de julio vino mi amigo Jon del Pirineo incendiado para hacer alguna alpinada buena, los dos teníamos tiempo para escalar. Como yo estaba aclimatado regresé unos días a casa para desconectar del valle y él hizo unas escaladas en solitario por el macizo para aclimatar y coger tono. Para nuestros días libres venía anticiclón y calor, ambos queríamos ir al pilar del Frêney pero las alta temperaturas que anunciaban lo descartaba porque por esa pared caen muchas piedras. Ambos tenemos muchas escaladas hechas por Chamonix y nos faltaban ideas hasta que cometí el error de proponerle a Jon ir a la Integral de Peutérey, más por nada porque hace 10 años la hice y no me acordaba de la escombrera y curtida que es aquello. Y todo que conozco algún guía como "el Bunny" que la había guiado y hecho más de tres veces, increíble. Igual la siguiente vez que vaya iré en invierno. El caso es que a Jon se le abrió los ojos como a un calamar y dudó de que yo quisiera repetir la arista por él. Le dije otra vez que sí, y que además vamos con mi cuerda nueva. Se lo puse a huevo. Así que a pegar rosca allí. Quería volver a recuperar el espíritu alpino de antaño que perdí por el parapente y por tener un hijo recientemente. A veces uno hace cosas por los amigos inexplicables. Y supongo que para Jon era un chollo porque yo conocía la arista que no es fácil de encontrar, incluso habiendo estado antes me perdí un par de veces por encima del vivac Craveri. Bueno, pues la escalada fue muy guapa mano a mano con Jon. Hicimos una escalada en su totalidad sin cuerda o en ensamble. Fuimos rápidos y aún así hicimos un vivac épico abrazados sin saco de dormir de cinco horas esperando a que se hiciera de día en el collado de Peutérey. De aquí nos levantamos y fuimos a la cima del Mont Blanc para bajar por la vertiente italiana a Gonella a recuperar el coche. Vaya calcetinada. Los rápeles de la aguja Negra a la brecha Anglaise los encontramos bien, ahora están para cuerda simple de 50m con argollas nuevas. Nosotros fuimos con un juego de cinco friends, un juego de empotradores pequeño, 4 tornillos de hielo y unos cintajos. No me acordaba que en la aguja negra había que escalar un poquito en V+ de la época. Encontramos nieve para fundir agua por toda la arista, aunque hasta Craveri empezaba a estar justito. Y tampoco me acordaba de la escombrera y de la roca podrida que hay desde Craveri hasta la cima de la aguja Blanche. Después de la curtida y la concentración que le dimos a la arista llegamos a la cima del Mont Blanc con ganas de bajar rápido e ir a comer al pueblo. Y así la hicimos, sin mucha épica y disfrutando de los buenos amigos. Totalmente recomendable como la emblemática arista más larga de Alpes.
Todo hay que decir que después de esta escalada entré en la lista de los mejores amigos de Jon, a ver quién se repite la integral de Peutérey por un colega.