El blog de Jorge Valle

Nueva vía en El Valle del Mingbo, Nepal. Arista Oeste a una montaña sin nombre

El 26 de abril del 2019 partimos hacia Katmandú en avión con la idea de escalar en el Valle del Changri Nup cerca de Lobuche, último pueblo más o menos cómodo del Trek del Everest. Por este valle se accede a toda una cadena montañosa que empieza en el Lobuche hasta el Nikkita con una orientación norte, aunque en la época de pre-monzón pudimos observar que el sol va muy alto e incide sobre las paredes. Todo este circo norte de montañas ofrece la oportunidad de abrir rutas nuevas muy alpinas de entre 500-1000 metros de longitud, como ir a una norte de los Alpes pero empezando en el campamento base a 5000m y escalando hasta los 6200m. Por otro lado ofrece una escalada económica en Nepal ya que el permiso que necesitas  son unos 250 USD por persona más el seguro del oficial de enlace y sus gastos durante la expedición. Nosotros tuvimos la suerte de que no vino y eso que pudimos ahorrar. La logística pensada era estar en un Lodge en Lobuche y desde ahí hacer porteos para colocar un C1 en el glaciar con posibilidad de tener agua, desde este punto hacer varias escaladas nuevas. 

 

La aclimatación la hicimos por la región del Everest para luego encontrarnos en el pueblo de Pangboche a mitad de mes de mayo con Joao García, compañero en los siguientes días. Después de ganar glóbulos rojos durante 12 días acompañé a la expedición de Ángel Salamanca que querían escalar en la misma zona para contrastar condiciones aclimatando mejor todavía pude hacer una par de noches a 5200m ayudando a hacer porteos. 

La zona no estaba en buenas condiciones aunque el grupo de Ángel pudo escalar una nueva línea al Lobuche Norte. 

 

Después de estos días bajamos de nuevo a Lobuche a descansar, con una buena cena y descansados seguro  que sacábamos alguna nueva alternativa. Después de unas llamadas de teléfono satélite a Joao chequeando la meteorología para las siguientes semanas decidimos ir a Pangboche para explorar El Valle del Mingbo que entra por debajo del CB del Amadablam. Hicimos campamento base en el Lodge Amadablam de Sonam y su familia, antigua Sherpa de altura famoso por hacer varias veces el Everest y viejo amigo de Joao de su época de 8000es. 

 

En un par de exploraciones pudimos ver que había posibilidades de escalar algo nuevo a pesar de las condiciones tan secas que sufría la zona. 

Empezábamos a tener pocos días por lo que decidimos usar la ayuda de un porteador Rai, los que viven abajo del Valle del Khumbu, para gastar menos días de la expedición pudiendo establecer en un día pudimos nuestro nuevo C1 desde donde atacar nuestro objetivo: un 6300 sin nombre en el mapa.

Con forma de pirámide blanca parecido a un Alpamayo ofrecía una escalada segura sin riesgos de avalanchas. 

Decidimos escalar aprovechando la claridad de la luna llena levantándonos a media noche con nuestras mochilas en estilo alpino sin saco de dormir, solo con el JetBoil para fundir nieve y tener agua. Estuvimos unas 22 horas sin parar para abrir el itinerario. Unos 700 metros de desnivel y 4 kilómetros por morrena glaciar para llegar al comienzo de las dificultades, luego tuvimos unos 200 metros de escalada desencordados, cruzamos un pequeño glaciar plano para entrar en la arista donde ya progresamos a largos, hicimos unas 10 tiradas a 60 metros y 3 a 40 metros. Tuvimos dificultades de hasta M5 (3 largos) y la parte de escalada en hielo máximo unos 80º. En general una escalada muy alpina en roca de granito que ofrecía buenos gancheos de Piolet. 

 

Una gran placa de granito sin agarres ni posibilidad de proteger nos impidió acceder a los techos que nos quedaban para subirnos a la aguja de la cumbre a unos 20 metros por debajo. Tras muchos intentos en un largo difícil de proteger y sin agarres decidimos por horarios empezar a rapelar de vuelta al C1 con la satisfacción de haberlo dado todo y el estilo empleado. 

La bajada la hicimos con unos 9 rápeles a 70 metros dejando algún clavo, empotradores y abalakovs. Cruzamos de nuevo el pequeño glaciar y destrepamos hasta el glaciar principal de vuelta a la tienda que encontramos en mitad de la noche. Nos quedamos un día descansando esperando a que nuestro porteador viniera ya que la meteo se estropeaba de nuevo. 

 

Después de convivir unos días más con la familia de Sonam en Pangboche y asistir invitados a la Puja mayor del pueblo recogimos nuestros petates para volver a nuestros países impregnados de la filosofía budista y enamorados de la hospitalidad Sherpa. Un muy bonito viaje.

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